La Confidencialidad



La confidencialidad se entiende en el ámbito de la seguridad informática, como la protección de datos y de información intercambiada entre un emisor y uno o más destinatarios frente a terceros.


Para garantizarla se utilizan mecanismos de cifrado y de ocultación de la comunicación. Digitalmente se puede mantener la confidencialidad de un documento con el uso de llaves asimétricas. Los mecanismos de cifrado garantizan la confidencialidad durante el tiempo necesario para descifrar el mensaje. Por esta razón, es necesario determinar durante cuánto tiempo el mensaje debe seguir siendo confidencial. No existe ningún mecanismo de seguridad absolutamente seguro.


Los aspectos para protegerla son:


Conocer y configurar de manera detallada las opciones de privacidad: Estas nos ayudan a poder limitar, por ejemplo, nuestros perfiles en las redes sociales y evitar que todo el mundo disponga de nuestra información.


Identificar las funciones y los efectos de cada acción: Es demasiado frecuente equivocarse y ubicar en lugar erróneo alguna información. En caso de equivocación, debemos saber cómo se propagaría esta información. Además, aunque la acción ocasione el efecto buscado, con frecuencia se desconoce qué otras implicaciones o consecuencias tiene.


Proteger los datos personales: Se trata de datos esenciales y su especial relevancia debe ser puesta de manifiesto para dotarles de una especial protección.


Mantener una actitud proactiva en la defensa de los datos propios: En las redes sociales son demasiado abundantes los datos que unas personas aportan sobre las demás. Debemos:


- informar a los demás sobre nuestro criterio al respecto.

- supervisar lo que se publica de nosotros.

- ejercer, si es preciso, nuestro derecho a eliminarlos. El etiquetado en las fotos de facebook es un ejemplo de este punto.

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