La ciudadanía digital se ha convertido en una prioridad para las instituciones educativas que ven la integración de la tecnología en el currículo regular como estrategia importante para la enseñanza y el aprendizaje que prepare a los estudiantes para vivir y trabajar en el Siglo XXI. Utilizando algunos estándares, que ayudan a entender cómo se debe utilizar la tecnología en el currículo, y poniendo en práctica la ciudadanía digital, para ayudar a definir el comportamiento deseable en los estudiantes, se facilitará el desarrollo de estudiantes tecnológicamente competentes con variedad de experiencias y habilidades y, una personalidad bien definida.
A medida que pasa el tiempo y hacen su aparición nuevas tecnologías digitales, va ha ser difícil de generar un marco conceptual de principios codificados. La sociedad va a necesitar parámetros para actuar respecto a la tecnología. Se van a promulgar leyes, pero esto no va a ser suficiente. Grupos y organizaciones, incluyendo las escuelas, han creado reglas y políticas de uso, pero ellos también se van a quedar cortos. No existe un acuerdo universal en la conducta que debe adoptarse respecto a las tecnologías digitales. ¿Será fácil llegar a un consenso? Por el contrario, va a ser muy difícil llegar a un acuerdo de cómo las diferentes personas las van a manejar. Por algún sitio se debe comenzar y como las escuelas incluyen o contienen nuestro futuro, por ellas debe iniciarse esta discusión.
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